Bienestar

¡Cambio de camino, no de andar!

por: Camila Sanjinés

Hay caminos que se hacen porque la vida te lo exige, otros que vienen acompañados del camino de alguien más, otros que nunca terminan de recorrerse. Hay caminos que se descubren solamente al perderse del verdadero camino, y hay lugares que se descubren al andar.

Las ciudades grandes tienen un truco en el que solemos caer: caminamos los andares más comunes y más turísticos, que no está mal, para nada, pero entre las grandes iglesias, los cafés de moda y los museos en los que hacemos colas de horas, se encuentran los lugares perdidos esperando ser encontrados.

Tal vez la magia de viajar recae también en obligarte a perderte para encontrarte y reencontrarte en lugares que se vuelven parte de tu mapa de vida, y que se quedan con un poco de lo que quizás no sabias que tenías dentro.

Camila Sanjinés

Ciudades como Milán, Paris o Madrid son, en Europa, de las más traicioneras. Porque siendo sinceros, son pocos los que no han caído en la trampa de guiar su camino con las guías de 24 horas, como en Milán, por ejemplo, y me incluyo.

Tal vez funciona para muchos, y está bien, disfruten siempre sus propios caminos. Pero hoy traigo una guía diferente. Quizá la primera en su tipo, pero única y especial para mí. Un mix de los lugares mas hermosos y menos visitados de Milán para todos los gustos: una librería que ofrece Aperol Spritz gratis a quien se siente a leer en el mismo lugar, una tienda de ropa de lujo de segunda mano, vintage y hecha a mano y una cafetería pensada y decorada por el mismísimo Wes Anderson

«En Milán, un helado de pistaccio, una pizza margarita, un espresso, o un Aperol Spritz no pasan desapercibidos. No dejar de lado que entre actividad y actividad, hay siempre espacio en el alma y el cuerpo para uno de estos».

Camila Sanjinés

Versi libri

Versi libri , en Milán

Las chicas que leen tienen un tinte especial, una forma diferente de ver la vida. Una chica que lee puede pasar horas en esa cafetería al final de la calle. Siéntate. Puede que esa chica levante la mirada, pero no puedo asegurarlo, ya que a la mayoría de las chicas que leen, no les gusta que las interrumpan, y mucho menos en un lugar como la librería Verso, que en una caótica esquina de Milano, regala palabras, poesía y silencio. Te invita a viajar por el mundo y hacer nuevos caminos con Neruda, Pound, Sexton o Cummings. Porque una chica que lee, sabe que las palabras, tanto como los caminos, se escriben con amor, valentía y ganas de crear nuevos mundos. A veces, desde una esquina.

Chez Babette Garage Sale

Chez Babette Garage Sale

Segunda mano, vintage y hecho a mano. Si hablamos de moda, Milán es la ciudad perfecta para perderse en el desconcierto de los colores, de las marcas de lujo más famosas y de los estilos más extravagantes, que sin aislarse de la vida cotidiana, vemos tanto en el metro como en las calles que rodean al Duomo.

Chez Babette es el primer mercado organizado en un garaje que se caracteriza por una decoración y un ambiente únicos, que lo hacen digno de llamarse un pequeño mercado de pulgas milanés, al estilo de Nueva York. Los protagonistas del evento son personas que configuran su espacio por un día, listas para renunciar a sus prendas lujosas usadas, pero en buenas condiciones, que van desde ropa hasta accesorios vintage (para hombres y mujeres), pero también de segunda mano, ecológicos y, a partir de esta décima edición, prendas hechas a mano.

En resumen, se pueden encontrar excelentes oportunidades para examinar los armarios de los amantes de la vendimia y la moda, nada más y nada menos que en Milán.

Bar Luce

Bar Luce

Saliendo un poco del centro de Milán, hay un museo único en su tipo y un lugar al que seguro volveré en algunas otras historias y haciendo otros caminos: la Fondazione Prada. Dentro del museo está el Bar Luce, un café bar decorado al estilo Wes Anderson, por nada más y nada menos que Wes Anderson.

“El enfoque que usé para diseñar esta barra es exactamente el opuesto que usualmente uso para los decorados de mis películas. Intenté convertirlo en un bar al que le gustaría ir cinco veces por semana. ¡Cuando era muy joven quería ser arquitecto, y esta oportunidad que me dieron para fingir que era real es una fantasía infantil hecha realidad!», comentó Wes Anderson en una entrevista.

Bar Luce fue concebido por el director de cine como un espacio para la vida real, con numerosos buenos lugares para comer, beber, conversar, leer, etc. Si bien él pensaba que sería un buen set de película, tal vez sería un mejor lugar para escribir una película.

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