Bienestar
Tips y pautas que te ayudarán a alimentar bien a tus pequeños
por: Mónica Luján
Uno de los retos diarios a los que nos enfrentamos la mayoría de las mamás es lograr alimentar bien a nuestros pequeños. Cada hijo es diferente, unos comen fácilmente pero con otros es una lucha diaria. No hay un manual, pero si algunos tips y pautas que te ayudarán
La mayor parte de las mamás, sobre todo las normales, las que no tenemos hijos perfectos ni tenemos el manual para serlo, batallamos con muchas cosas a lo largo de la crianza de nuestros pequeños y una de ellas es la alimentación, sobre todo, en la primera infancia. A partir del primer año, los bebés demandan distracción, atención y son más inquietos por lo que el tiempo y estrategias para que puedan ingerir alimentos es todo un desafío que requiere de mucha creatividad para quienes se queden a cargo de la alimentación de los bebés y de los niños.
Seguro que muchas de nosotras tuvimos o tenemos un hijo al que le cuesta comer, entonces ahí nos tienen, contando cuentos, inventando historias, imitando voces… en fin…haciendo de todo y es que de verdad recurrimos a lo que se nos ocurre para convencerlos de abrir sus pequeños picos y qué victoria cuando conseguimos darles unas cuantas cucharadas. Esa batalla es de todos los días y la verdad es agotador, pero es parte de ser mamá y también lo disfrutamos.
Así que si hay alguna fórmula efectiva que nos ayude en la tarea diaria de alimentar bien a nuestros pequeños, pues claro que la queremos conocer. Pero como en todo, no hay un manual o una fórmula aplicable a todos los casos, simplemente nos queda acudir a algunas herramientas que podrían ser muy efectivas y que nos desveló la psicóloga Cristina Rubín de Celis, con la esperanza de que sean de mucha ayuda. Asimismo nos brinda algunos datos sobre las cantidades y veces que idealmente deben seguirse para una adecuada alimentación de nuestros pequeños. Acá te las dejamos las pautas y tips.
Tiempos, cantidades y hábitos:
- En promedio, los niños de 6 meses a 12 meses (1 año) tardan en comer entre 20 minutos a media hora (papillas, frutas y sopas a penas de 10 a 20 cucharillas).
- Los niños entre 2 a 10 años, (20 a 40 cucharillas), generalmente tardan hasta 40 minutos, porque se atribuyen otros elementos, como el manejo de la motricidad fina (comen solos) y la aprobación y atención de sus progenitores o de los tutores al lograr ingerir los alimentos proporcionados, la comunicación fluida de gustos, preferencias, demandas o requerimientos (incluido el control de esfínter).
- A partir de los 2 años, es importante que el niño comience a participar en los hábitos y ritos alimenticios, lavarse las manos, colocar los platos y cubiertos, servilletas para que se sienta partícipe de ellos, como también en la elaboración de algo de la comida como ser el refresco, la ensalada.
- A partir de los 8 meses aproximadamente, el bebé querrá explorar su comida, por lo que se aconseja que se proporcione un poco de su comida para que pueda tocar texturas y sabores (pero con manos limpias, para que no se enferme y para que comience poco a poco su autonomía). No dejar nunca al bebé solo alimentándose porque puede atorarse y éste hecho puede de alguna manera marcar negativamente la relación de diversión con comida.
Cuándo y cómo introducir azúcares y sales
Muchos pediatras nutriólogos, aconsejan introducir el azúcar y la sal en dosis bajas, para que el bebé no adquiera o sea propenso a otras enfermedades, lo que beneficiará al consumo de sabores naturales de vegetales, cereales (pastas) y frutas. En ésta etapa, como padres, debemos prestar atención al gusto que adquieran los bebés por ciertos alimentos para que esto permita apoyarnos en esos sabores, para las siguientes ingestas.
Distracción y alimentación
- El utilizar ritmos para crear canciones de comida para los niños, hará más amena la ingesta de los alimentos, porque de alguna manera condicionará al bebé a un aprendizaje de relación de diversión y alimentación.
- En ésta etapa tan importante, se da inicio a la adquisición de mayor vocabulario para el bebé, ya que se debe ir describiendo y señalando por sus nombres a los diferentes alimentos, para que desarrolle aprendizaje al relacionar imagen y significado y el hecho de lograr repetir distintos nombres de los alimentos será un avance en su desarrollo psicolingüístico, generando confianza en el bebé.
- El incorporar el juego en la alimentación, hará que el bebé se concentre en la alimentación y que los padres puedan cerciorarse que la cantidad de la ingesta alimenticia fue la correcta. Trucos como “el avioncito”, “el trencito”, “come por la abuelita, por el perrito”, generarán en el bebé sentimientos de alegría y confort por el haber realizado algo positivo por los demás, especialmente si se recompensa con aplausos, ¡palabras motivaciones “qué bien! ¡Qué maravilla! ¡Lo lograste!”, besos y abrazos al concluir con la cantidad de alimento.
- Se pueden introducir también algunos de sus juguetes o peluches, jugar a que comen creando un relato o diálogo de juego sobre los personajes y la deliciosa comida. (8 meses hasta los 5 años)
- Respecto a las bebidas que puedan ingerir mientras comen, se aconseja agua, ya que bebidas muy dulces como jugos de frutas, saciaran al bebé anticipadamente. La cantidad de agua que el bebé pueda beber, tiene que ser muy poca. (Evitar las bebidas gaseosas).
Pequeños detalles
Utilizar colores entre naranjas, blancos y amarillos en sus platos, con alguna figura en el fondo para que también sirva de distracción cuando llegue a terminar su comida y pueda describir qué ve y a quién ve en el fondo.
Se debe evitar reñir o mostrar mal humor durante el momento de alimentar a los bebés y niños, porque relacionaran desagrado cuando lo que se quiere lograr es la relación de diversión en la comida.
Nunca forzarlos a comer, darles un tiempo para que logren distraerse en caso de que existirían llantos o berrinches y nuevamente incorporar con otras estrategias la comida. Esperar entre 20 a 30 minutos después de ese episodio para no generar resistencia. Una vez que termine la comida (en este caso), se puede premiar al niño, haciendo que él elija el postre, o la comida del día siguiente, la merienda o la cena. Esto beneficiará al niño a crear vínculos con la comida. A partir de los 4 años se puede realizar figuras divertidas con los alimentos, para que puedan ser novedad para ellos y despierte curiosidad el probar nuevos alimentos.